LA MASACRE DE LA PLAZA BOYACA DE BARCELONA
El maestro Rafael Nino Pérez, quien para la época contaba con 12 años, recuerda ese momento con lucidez y afirma que a medida que transcurrían los minutos se hablaba de muchos fallecidos, también recuerda que alguien le contó en ese momento que frente al hotel Madrid (en la calle juncal ) un militar perseguía a un joven y este, tratando de protegerse, se escondió debajo de una carreta, sin embargo el militar le ubicó en el sitio y debajo de la carreta lo asesinó con la bayoneta. Nino Pérez también afirma que antes que comenzaran a disparar contra la multitud, se escuchó el sonar de una trompeta, es decir, dicha trompeta era la orden de la jefatura superior de disparar en vista de que se creía que se había atentado contra el teniente Carrillo. Recuerda el maestro Nino que los feligreses no estaban acostumbrados a que se suspendieran los actos religiosos ni la procesión, es por ello que pedían con insistencia que no cerraran la catedral y que sacáran la procesión, pero el obispo Mejías, que era un tipo "déspota y caradura" se negaba una y otra vez, lo que ocasionó que el gobernador Arreaza consultara con el gobierno central en caracas para decidir que hacer con una multitud que se mostraba incontrolable y una vez dada la orden desde Caracas, de suspender la procesión, ocurrió el disparo accidental de un soldado contra el teniente carrillo en un pie, que en medio de la confusión y creyendo los militares que habian matado al teniente, comenzaron a disparar contra el pueblo.
Algunos lugareños apasionados por la
historia de Barcelona, Estado Anzoátegui Venezuela, se han dedicado a
indagar acerca de un hecho sangriento que ocurrió en las inmediaciones de la
catedral de Barcelona y la plaza Boyacá en vísperas de la semana mayor, la
llamada "Masacre de Semana Santa", pero se les ha hecho difícil la
labor ya que no aparecen registros asentados en ningún libro.
Afortunadamente, algunos
personajes muy respetados en la región como el Cronista Carlos Lara Buriel (ya fallecido)
y el ex-director de la banda del estado Anzoátegui, Rafael Nino Pérez,
han dado sus testimonios acerca de esta masacre apelando a sus memorias, lúcidas
y precisas que han quedado como única fuente de información de un hecho
lamentable que enlutó a muchos barceloneses. De acuerdo a las afirmaciones de
Lara Buriel, uno de los cronistas mas acuciosos de la ciudad, la
tragedia en la Semana Mayor de 1937 en Barcelona, que devino en centenares de
muertos, ocurrió debido a que los campesinos y devotos de la ciudad, incluidos
cumaneses quienes, según la jerarquía de entonces, desobedecieron las
instrucciones del Obispo de Guayana de apellido Mejías, a quien pertenecía la
parroquia barcelonesa y quien prohibió la procesión de jueves y viernes santo.
Pero no dijeron la verdad en cuanto a que el Obispo en cuestión era un tipo
déspota contra la bondad de los mismos sacerdotes de la Parroquia barcelonesa.
Como tampoco dijeron la verdad que exculpara al gobernador de entonces, Arreaza
Calatrava, a quien tildaron de por vida como “trago amargo”. Nadie se atrevió a
decir que el obispo guayanés, no oriundo de la tierra de la sapoara y el
Caroní, fue quien llamó a su pariente del Ministerio de Relaciones Interiores,
de donde emanó la orden a la plaza militar, acantonada en Portugal, al mando
del teniente Carrillo (el negro Carrillo) a quien uno de sus militares le pegó
un plomazo en un pie al disparársele el fusil, fue lo que ocasionó que se diera
la orden de ataque a un pueblo sin armas.
El maestro Rafael Nino Pérez, quien para la época contaba con 12 años, recuerda ese momento con lucidez y afirma que a medida que transcurrían los minutos se hablaba de muchos fallecidos, también recuerda que alguien le contó en ese momento que frente al hotel Madrid (en la calle juncal ) un militar perseguía a un joven y este, tratando de protegerse, se escondió debajo de una carreta, sin embargo el militar le ubicó en el sitio y debajo de la carreta lo asesinó con la bayoneta. Nino Pérez también afirma que antes que comenzaran a disparar contra la multitud, se escuchó el sonar de una trompeta, es decir, dicha trompeta era la orden de la jefatura superior de disparar en vista de que se creía que se había atentado contra el teniente Carrillo. Recuerda el maestro Nino que los feligreses no estaban acostumbrados a que se suspendieran los actos religiosos ni la procesión, es por ello que pedían con insistencia que no cerraran la catedral y que sacáran la procesión, pero el obispo Mejías, que era un tipo "déspota y caradura" se negaba una y otra vez, lo que ocasionó que el gobernador Arreaza consultara con el gobierno central en caracas para decidir que hacer con una multitud que se mostraba incontrolable y una vez dada la orden desde Caracas, de suspender la procesión, ocurrió el disparo accidental de un soldado contra el teniente carrillo en un pie, que en medio de la confusión y creyendo los militares que habian matado al teniente, comenzaron a disparar contra el pueblo.
Afirma Nino Pérez que muchos
años después el hombre que tocó la trompeta que dio inicio a la masacre en la
plaza boyacá, murió asesinado en la inmediaciones del puente boyacá.
Las huellas de los fusiles que
dispararon en esa masacre, pueden ser observadas en la estátua del héroe
epónimo José Antonio Anzoátegui.

Lamentablemente fueron borradas este año de 2017 por un grupo de obreros de una constructora al servicio de la Alcaldía del Municipio Simón Bolívar de la ciudad de Barcelona, tapando con cemento las mordeduras de las balas en el mármol de la estátua. La ignorancia y la falta de amor hacia la historia de Barcelona es la causante de que se halla borrado la huella que serviría de testimonio a las futuras generaciones.
Lamentablemente fueron borradas este año de 2017 por un grupo de obreros de una constructora al servicio de la Alcaldía del Municipio Simón Bolívar de la ciudad de Barcelona, tapando con cemento las mordeduras de las balas en el mármol de la estátua. La ignorancia y la falta de amor hacia la historia de Barcelona es la causante de que se halla borrado la huella que serviría de testimonio a las futuras generaciones.
Muchas gracias por recordar este evento histórico y por dedicarte tu tiempo a escribir esta nota. Saludos
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