OSCAR PARRELLA SCHIAFFINO

OSCAR PARRELLA SCHIAFFINO



























Oscar Luís Parrella Schiaffino nace en Barcelona, estado Anzoátegui el 12 de Julio de 1921 en la casa que hoy es el Museo de Anzoátegui, anteriormente conocido como el museo de la tradición.





 Oscar Parrela es hijo de Silverio Parrella Démilia, un inmigrante italiano que se instaló en la ciudad como comerciante, al mismo tiempo que fundara una de las primeras ventas de zapatos en barcelona en la misma casa donde nació Oscar, la cual representaba la cuarta casa que se construyó en la ciudad. Su madre fue Sinforosa Schiaffino Monteverde, elegante dama de ascendencia italiana, que a juicio de Pilar Solórzano, directora de la biblioteca bolivariana y quien pudo conocerla muy jóven, deslumbraba por su impactante belleza. 
Oscar Parrella desarrolló estudios de contaduría pública, sin embargo su pasión se centró en el estudio de la historia y la arquitectura de la ciudad la cual siempre defendió con pasión y reciedumbre.  
Oscar Parrella fue el fundador del primer colegio de comercio en el estado que fue conocido como "The Cajigal Comercial College" (1943), fue también el primer guía turístico del estado Anzoátegui, fue coordinador técnico del Museo Anzoátegui y responsable de la parte docente.
Oscar Parrella muere el 14 de marzo de 2018 a los 96 años y fueron velados sus restos en la misma casa que lo vio nacer y sepultado en el cementerio parque metropolitano. Siempre dijo: "nunca pensé vivir tanto como para llegar a ver a la sociedad gobernada por la alta tecnología, hasta el punto de que el hombre ahora depende de las computadoras...!!!  ¡ Que le parece general...!!! 

Comentarios

  1. Supuse que habría fallecido. Era un hombre asombroso por su forma de narrar la historia, efusivo y con vehemencia, con profunda pasión. Con él aprendí las primeras cosas acerca de la historia de Barcelona y con su misma pasión empecé a interesarme por ello. Estriste ver como pocas personas conocen la historia que pisan a diario en las calles. Inadvertida pasan las viejas fachadas que fueron gloriosas en otras épocas. Hoy solo son "casas viejas". Qué ignorante somos, por eso no amamos nuestra Barcelona, tapiada por la basura y profanada su historia por el comercio y por la delincuencia que se instaló en sus viejos muros, en sus calles y en el barro sobreviviente de sus casas.

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    1. Totalmente de acuerdo con tu comentario, pero aún estamos a tiempo, algo podremos hacer.

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